Inversión ferroviaria estratégica para competir por minerales críticos.
Estados Unidos, a través de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo (DFC), está a punto de concretar una inversión de más de 500 millones de dólares en el Corredor Lobito. Este ambicioso proyecto ferroviario busca conectar el cinturón de cobre de África central con el puerto atlántico de Lobito, en Angola, facilitando el transporte de minerales críticos. Conor Coleman, jefe de inversiones de la DFC, ha reiterado el firme compromiso de la institución, destacando que las negociaciones con el gobierno angoleño y el Grupo Trafigura están activas.
Aunque el proyecto ha experimentado retrasos desde su evaluación inicial en 2023, Coleman ha asegurado que no se deben a cambios internos en la DFC. Más allá del Corredor Lobito, la DFC también apoya otras iniciativas estratégicas en Angola, como una subvención para Pensana Plc en el sector de tierras raras y conversaciones para financiar una planta agrícola. Por su parte, el ministro angoleño de Coordinación Económica, José de Lima Massano, atribuyó los retrasos a cláusulas contractuales y garantías, enfatizando que se busca atraer inversión privada bajo condiciones que aseguren la viabilidad y rapidez del proyecto.
Este movimiento estratégico de EE. UU. busca posicionarse frente a la fuerte presencia de China en el acceso a los minerales estratégicos africanos. La República Democrática del Congo, por ejemplo, ha solicitado apoyo a la DFC para rehabilitar una línea ferroviaria que conecte sus minas de cobre y cobalto con el Corredor Lobito. Aunque China lleva la delantera, Coleman ve una oportunidad para que EE. UU. y sus aliados diversifiquen mercados y generen cadenas de valor más equitativas, transformando la explotación y procesamiento de los recursos del continente.
