El metal precioso rompe máximos históricos, supera los US$ 4,300/oz y proyecta un futuro de US$ 5,000.
- El Oro se Consolida como Activo Refugio de Crisis
El precio del oro ha alcanzado niveles sin precedentes en la historia reciente, superando la barrera de los US$ 4,300 e incluso marcando un máximo histórico cercano a los US$ 4,380 por onza troy. Este rally imparable está impulsado por una «tormenta perfecta» de factores globales que reafirman el rol del oro como el activo refugio por excelencia. La incertidumbre geopolítica —incluyendo tensiones comerciales entre potencias y conflictos localizados—, sumada a las expectativas de recortes de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), han debilitado el dólar, haciendo que el oro sea más atractivo para los inversores internacionales. Este comportamiento alcista constante refleja una desconfianza generalizada en los activos de riesgo en el panorama económico mundial.
- Flujos Institucionales y Proyecciones de Récord
El impulso alcista no es meramente especulativo, sino que cuenta con un fuerte respaldo institucional. Se ha observado un flujo constante y masivo de capital hacia los Fondos Cotizados (ETFs) de oro y, de manera crucial, las compras récord de oro por parte de bancos centrales de economías emergentes y desarrolladas, quienes buscan diversificar sus reservas. Este motor de demanda soberana confiere una sustentación estructural al movimiento. De mantenerse esta tendencia, analistas están elevando sus pronósticos, señalando que el oro podría superar los US$ 4,500 por onza antes de finalizar el año y algunos, incluso, proyectan que la cotización podría rozar los US$ 5,000 para fines de 2026.
- Impacto Sísmico en la Minería Peruana
Para un país como Perú, uno de los principales productores de oro a nivel mundial, esta subida histórica del precio tiene un impacto económico incalculable. Un precio por encima de los US$ 4,000 por onza troy genera un entusiasmo masivo entre los productores, desde las grandes empresas hasta los pequeños mineros. Si bien inyecta mayores ingresos al país y fortalece la economía exportadora, también dispara una preocupación crítica: el fuerte aumento en la cotización puede incentivar la minería informal e ilegal, atrayendo la extracción sin control ambiental ni trazabilidad comercial en regiones vulnerables. Por ello, las autoridades peruanas enfrentan el desafío urgente de capitalizar las ganancias históricas de la minería legal mientras refuerzan la vigilancia para contener las actividades extractivas ilícitas.