La Onza Supera los $4.000: Crisis Global Impulsa el Refugio Definitivo
El mercado mundial del oro ha entrado en una fase de euforia histórica, superando por primera vez los 4.000 dólares por onza troy en sus futuros, una cifra que refleja el papel del metal como el activo refugio definitivo en tiempos de crisis. Este incremento explosivo, que representa una subida superior al 50% en lo que va del 2025, es impulsado por la confluencia de factores globales: la persistente incertidumbre geopolítica (conflictos y volatilidad regional), las crisis políticas internas (como el reciente cierre de gobierno federal en EE. UU.) y la expectativa de políticas monetarias más laxas. Los inversores, tanto institucionales como minoristas, están volviendo al oro para proteger su capital de la inflación y el riesgo.
Dos fuerzas principales están catalizando esta tendencia alcista. Por un lado, la demanda masiva de los bancos centrales de todo el mundo, que han continuado con compras históricas para diversificar sus reservas en un contexto de desconfianza en el dólar estadounidense. Por otro lado, la perspectiva de que la Reserva Federal (Fed) de EE. UU. recortará las tasas de interés para finales de año, lo que reduce el atractivo de los bonos y otros activos que devengan intereses, beneficiando directamente al oro. Esta dinámica ha llevado a que el metal precioso no solo supere las expectativas de precio, sino que se proyecte con una tendencia sostenida a largo plazo, con algunos analistas estimando precios que podrían superar los 9.000 dólares para 2035.
Para países productores como México y Perú, este récord del precio del oro representa una oportunidad económica excepcional. El valor del oro en las monedas locales también está alcanzando máximos históricos, lo que inyecta capital fresco a sus economías. Sin embargo, el sector enfrenta el desafío de cómo gestionar esta bonanza sin exacerbar la minería ilegal, que a menudo se dispara en paralelo con los altos precios. La industria formal tiene la presión de capitalizar estos ingresos récord para invertir en proyectos de exploración, mejorar la sostenibilidad operativa y asegurar la estabilidad a largo plazo, manteniendo la cautela ante la volatilidad que el dólar y la política monetaria aún pueden introducir en el mercado.