Operación Martillo II Golpea la Minería Clandestina y sus Redes Criminales en Pataz
La «Operación Martillo II» ha marcado un hito impactante en la lucha del Estado peruano contra la minería ilegal y el crimen organizado en la provincia de Pataz, La Libertad. Este masivo despliegue policial y militar es una respuesta directa a la escalada de violencia en la zona, donde las redes clandestinas de oro han aterrorizado a las comunidades y atacado con explosivos a las operaciones formales. La operación es una tendencia crucial de seguridad nacional, pues busca recuperar el control territorial de la región, conocida por la alta concentración de oro, y desmantelar las complejas estructuras criminales que financian sus actividades con la venta ilícita del metal precioso.
La magnitud del impacto de «Martillo II» se mide en la destrucción de la infraestructura ilegal. La operación se ha centrado en desmantelar campamentos, pozas de cianuración, y túneles clandestinos utilizados por los invasores. La incautación o inutilización de maquinaria pesada de alto valor, como retroexcavadoras, cargadores frontales y equipos de perforación, cuantifica el daño a la economía criminal. Esta acción de fuerza no solo interrumpe el flujo de oro ilegal, sino que también protege a las operaciones formales, como Minera Poderosa, que han sido blanco constante de ataques que buscaban paralizar la producción legal.
Sin embargo, el desafío que enfrenta Perú es la tendencia de persistencia y mutación de la ilegalidad. Si bien la operación logra un impacto temporal, el éxito a largo plazo requiere una estrategia integral que vaya más allá de la fuerza. El oro ilegal se reinstala rápidamente en cuanto el contingente policial se retira. El futuro de Pataz y de la minería en La Libertad depende de que «Martillo II» sea el inicio de una presencia estatal permanente, que combine la interdicción con la promoción de la formalización y el desarrollo de una economía lícita, garantizando que el oro peruano beneficie a la nación y no al crimen organizado.

