Glencore se consolida en Perú como motor clave para la economía y el desarrollo social
Glencore ha reafirmado su compromiso con el Perú, posicionándose como un aliado estratégico de alto impacto para el crecimiento nacional a través de sus operaciones en Antapaccay y Volcan. Esta noticia marca una tendencia relevante: la minería no solo como actividad extractiva, sino como un dinamizador de la economía local que genera miles de empleos y contribuye significativamente a los ingresos fiscales. Con una visión de largo plazo, la compañía busca integrar sus operaciones con las metas de desarrollo del país, asegurando que el beneficio de la riqueza mineral se traduzca en progreso tangible para las regiones altoandinas.
El motor de esta alianza reside en la inversión continua en infraestructura y en programas de responsabilidad social que transforman el entorno de sus operaciones. La tendencia actual muestra que Glencore está priorizando proyectos que cierran brechas de desigualdad, como el acceso a educación de calidad y la mejora de servicios de salud en comunidades remotas. Este enfoque de «valor compartido» es una respuesta directa a las exigencias de sostenibilidad del siglo XXI, donde la legitimidad de una empresa minera depende de su capacidad para ser un buen vecino y un motor de bienestar para las poblaciones locales.
Sin embargo, el desafío para Glencore en Perú radica en navegar un entorno social y político complejo, manteniendo el diálogo constante para prevenir conflictos y asegurar la continuidad operativa. La tendencia a futuro indica que el éxito de esta alianza dependerá de la transición exitosa hacia nuevos proyectos, como la expansión de Antapaccay (Coroccohuayco), bajo estándares ambientales de clase mundial. Al consolidar su rol como socio del Estado, Glencore no solo asegura su presencia en una de las regiones cupríferas más importantes del mundo, sino que refuerza la imagen del Perú como un destino atractivo para la inversión minera responsable y de vanguardia.


