La deuda histórica de Pemex se dispara a niveles récord, lo que presiona las finanzas públicas de México. La petrolera, la más endeudada del mundo en el sector, enfrenta un futuro incierto si no logra sanear sus finanzas y recuperar su eficiencia operativa.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha calificado la deuda histórica de Pemex como una «maldita deuda corrupta» que se ha convertido en una carga insostenible para las finanzas del país. La deuda de la petrolera estatal se ha disparado en un 130% en la última década, alcanzando los US$100,500 millones, mientras que su producción de combustibles ha caído drásticamente. Los próximos años serán críticos, ya que los vencimientos de la deuda se concentran en 2025 y 2026, lo que obligará al gobierno mexicano a reasignar recursos extraordinarios para evitar un colapso financiero.
Para aliviar la presión, el gobierno ha decidido seguir absorbiendo parte del costo financiero de Pemex hasta 2026, con el objetivo de que la empresa pueda ser autosuficiente para 2027. La compañía, por su parte, ha anunciado planes para invertir en nuevas infraestructuras, como una nueva coquizadora, y fortalecer sus operaciones para reducir la dependencia de la importación de gas natural. Estas medidas buscan aumentar la eficiencia operativa y generar mayores ingresos para que la empresa pueda hacer frente a sus obligaciones.
La crisis de Pemex es una preocupación para todo México. La salud financiera de la petrolera es clave para la economía del país, y el colapso de la empresa podría tener un impacto devastador. La deuda histórica de la compañía es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el sector energético mexicano y de la necesidad de una reforma profunda y transparente. El futuro de Pemex dependerá de la capacidad de su nueva dirección para implementar las reformas necesarias y restaurar la confianza de los inversionistas.