Inversión Minera Cae en México La Reforma de Concesiones y Agua Ahuyenta Capital
La industria minera de oro mexicano se encuentra en un punto de inflexión crítico, marcado por la incertidumbre generada tras la aprobación de la reciente Reforma Minera. Este cambio legislativo ha sido calificado por la Cámara Minera de México (Camimex) como una medida que podría restar hasta $4,000 millones de dólares anuales en inversión al país, revirtiendo el dinamismo del sector que es líder en la producción de metales preciosos. La modificación más impactante es la reducción drástica del plazo de las concesiones (de 50 a solo 15 años, prorrogables una vez), un periodo que la industria considera inviable, ya que la etapa de exploración por sí sola puede consumir la mitad de ese tiempo.
El corazón de la controversia no solo reside en los plazos, sino en la nueva regulación del uso del agua. La reforma establece que las concesiones para uso industrial minero tendrán una duración máxima de 30 años, pero las concesiones de agua se limitarán a solo cinco años, creando una inconsistencia operativa que genera enorme inseguridad jurídica para los inversores. Además, se elimina el carácter de «actividad preferente» de la minería y se establece un nuevo requisito de contar con un Programa de Restauración, Cierre y Post-Cierre de actividades, lo que, si bien es positivo ambientalmente, añade una carga regulatoria que los analistas temen que sea utilizada como barrera.
Mientras el oro toca máximos históricos a nivel global, generando oportunidades para países como México, las empresas y analistas advierten que la falta de conocimiento técnico en la elaboración de la reforma podría forzar una parálisis de la inversión, ya que los nuevos requerimientos hacen inviable la extracción de metales que naturalmente vienen en aleación. Este escenario de incertidumbre legal impacta directamente en la capacidad de México de atraer capital extranjero y desarrollar nuevos proyectos. La industria está a la espera de recursos legales y una mejor articulación con el nuevo gobierno para evitar que la riqueza geológica se quede bajo tierra por un marco regulatorio percibido como inviable.


