Lifezone Metals avanza con el proyecto Kabanga en Tanzania, un yacimiento de níquel de clase mundial que, con una inversión de US$1.000 millones, busca consolidarse como una de las mayores minas subterráneas del mundo y un pilar para la economía del país.
El proyecto Kabanga, desarrollado por Lifezone Metals en Tanzania, se perfila para convertirse en una de las minas subterráneas de níquel más grandes del planeta. Con reservas de 52 millones de toneladas de mineral con un 2% de ley de níquel, el yacimiento contiene más de 1 millón de toneladas de níquel, además de importantes cantidades de cobalto y cobre. La compañía planea una producción de 60,000 toneladas de níquel al año, con una vida útil inicial de 18 años, que podría extenderse hasta los 25 años. Este proyecto es una apuesta audaz por el futuro del níquel, un mineral que será vital para la transición energética y también para la industria de defensa.
Con un capex inicial de US$1.000 millones, el proyecto Kabanga demuestra su solidez financiera, con un Valor Presente Neto (VPN) de US$1.580 millones y una Tasa Interna de Retorno (TIR) del 23%. Estos indicadores, que mejorarán con la futura instalación de una refinería hidrometalúrgica, muestran el gran potencial del yacimiento y el valor que puede generar para sus inversionistas. La rentabilidad y la escala del proyecto lo posicionan como un actor clave para satisfacer la creciente demanda de níquel en los mercados globales.
El impacto del proyecto Kabanga en Tanzania será significativo. Se espera que genere más de 1,000 empleos permanentes, con un enfoque en la mano de obra local. Además, el proyecto aportará a las arcas del Estado US$3.600 millones en regalías, impuestos y dividendos durante su operación. Este flujo de capital y la creación de empleos son fundamentales para el desarrollo económico del país, convirtiendo a la minería en un motor de progreso y crecimiento a largo plazo.