Las exportaciones minero-energéticas de Colombia se desploman un 19%, y expertos advierten sobre el deterioro del comercio exterior y la inacción del gobierno para modernizar las políticas públicas.
Al cumplirse tres años del gobierno de Gustavo Petro, el comercio exterior de Colombia enfrenta un panorama preocupante. Las exportaciones han entrado en una tendencia negativa, impulsadas por un fuerte desplome del 19% en los productos minero-energéticos durante los primeros meses del año. Este sector, históricamente el motor de las ventas externas del país, muestra un claro retroceso. Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), atribuyó parte de esta caída a la política minero-energética de la actual administración. A pesar de este panorama, Díaz destacó que el sector agrícola, especialmente el café, ha logrado mantener un crecimiento gracias a los precios favorables del mercado internacional.
Además del declive en las exportaciones, el presidente de Analdex criticó la falta de una modernización en la gestión aduanera. Según Díaz, no se ha avanzado en la implementación de una Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) moderna, con sistemas electrónicos que faciliten el comercio. Esta inacción regulatoria y tecnológica ha creado un entorno que no favorece las importaciones ni la competitividad del país, lo que agrava la situación del comercio exterior. Las normativas obsoletas y la falta de reformas efectivas están obstaculizando el flujo de bienes y limitando el potencial de crecimiento de Colombia.
El contexto económico general agrava aún más la situación. La deuda pública del Estado colombiano se está acercando al 60% del PBI, lo que añade presión a las finanzas públicas. La combinación de una caída en las exportaciones clave, la falta de una reforma aduanera que agilice los procesos y un creciente endeudamiento ha generado un clima de incertidumbre que frena el desarrollo del comercio exterior. Analdex y otros expertos del sector señalan que, sin cambios significativos en las políticas públicas y una modernización de la infraestructura comercial, el panorama para el futuro del comercio colombiano seguirá siendo desfavorable.