Colombia Revierte su Política: ANH Reactiva Contratos de Exploración de Hidrocarburos por Crisis Energética.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) de Colombia, bajo la dirección de Orlando Velandia, ha dado un giro estratégico radical a la política de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación, una postura insignia del gobierno del presidente Gustavo Petro. Presionado por el acelerado agotamiento de las reservas de gas y la creciente amenaza a la autosuficiencia energética, el país está implementando mecanismos para reactivar la perforación y asegurar el suministro a corto y mediano plazo. Este cambio busca aprovechar los más de 300 contratos vigentes y, más impactante, promover nuevas asignaciones, lo que ha generado expectativas de inversión privada que podría superar los mil millones de dólares solo en el sector gasífero.
El principal motor de esta reversión es la precaria situación de las reservas de gas natural, cuya vida útil se ha reducido considerablemente. Ante la cuenta regresiva energética, la ANH ha adoptado medidas como el Acuerdo 03 de 2025, que permite la prórroga de los períodos de producción en contratos existentes y da un mayor margen de maniobra a las empresas para cumplir con sus compromisos exploratorios. Además, el gremio del petróleo y gas (ACP) ha urgido al Gobierno a restablecer la seguridad jurídica y la confianza inversionista, y a impulsar una ronda permanente de asignación de áreas, lo cual está siendo considerado para evitar una crisis de desabastecimiento, altos precios y dependencia de las importaciones.
Este cambio de rumbo es una tendencia clave que balancea la ambición de la transición energética con la dura realidad de la seguridad económica y social de Colombia. Mientras la ANH se transforma y extiende sus funciones a energías no convencionales (como la eólica offshore), el mantenimiento de las reservas de gas y petróleo se ha convertido en una prioridad nacional. El desafío ahora es doble: por un lado, gestionar las inversiones (estimadas en US$1.100 millones en 2025 solo para gas) y, por otro, armonizar los proyectos de hidrocarburos con los de energía limpia, demostrando que la transición energética será gradual y que el gas es el puente vital para el futuro energético del país.

