Aris Mining apuesta por una estrategia pionera al asociarse con pequeños mineros en Colombia, integrándolos a su cadena de producción. Este modelo no solo eleva la producción de oro de la mina Segovia, sino que también fortalece la licencia social de la empresa y combate la minería ilegal.
Aris Mining ha establecido un modelo único en la industria minera, al integrar a 2,500 pequeños mineros en la operación de su mina Segovia, en Colombia. En lugar de desplazar a los mineros artesanales, la compañía canadiense los ha convertido en aliados estratégicos que hoy representan el 45% de la producción de oro de la mina. Esta colaboración, que incluye financiamiento, planificación y seguridad, ha permitido a Aris no solo aumentar su producción, sino también fortalecer su relación con las comunidades y reforzar su licencia social para operar en un entorno complejo.
El modelo de integración es un factor clave para el crecimiento de la compañía. Los pequeños mineros operan en áreas específicas de la mina, mientras que Aris garantiza los estándares de seguridad y se encarga de comprar el oro producido. Esta estrategia se implementará también en su otra operación en Colombia, Marmato, y la compañía proyecta que un nuevo proyecto destinará el 20% de su capacidad a estas alianzas. Este enfoque de colaboración es fundamental para que Aris Mining cumpla su meta de duplicar su producción anual a 500,000 onzas, aprovechando el conocimiento técnico de la empresa y la experiencia local de los mineros artesanales.
En un país que enfrenta un crecimiento de la minería ilegal, el modelo de Aris Mining se presenta como una alternativa viable y responsable. Al trabajar con mineros no vinculados a actividades criminales, la compañía no solo genera beneficios económicos, sino que también crea un frente común contra la minería ilícita, que según estimaciones oficiales genera más ingresos para el crimen organizado que el narcotráfico. Con el respaldo de grandes inversionistas y un desempeño financiero exitoso, Aris Mining demuestra que la colaboración con las comunidades y los mineros artesanales no solo es socialmente responsable, sino también económicamente sostenible.