El banco HSBC eleva sus proyecciones sobre el precio de la plata hasta 2027, impulsado por su estrecha relación con el oro, que actúa como activo refugio en un contexto de incertidumbre global.
El banco HSBC ha revisado al alza sus proyecciones para el precio de la plata en los próximos tres años, anticipando que el metal blanco mantendrá un impulso alcista. Las nuevas estimaciones sitúan el precio promedio en $35.14 por onza para 2025, $33.96 para 2026 y $31.79 para 2027. Este optimismo se debe en gran medida a la fuerte conexión de la plata con el oro, cuyo precio récord ha ejercido una «fuerte atracción gravitatoria» sobre el plata, ya que ambos metales son considerados activos refugio en tiempos de incertidumbre geopolítica y económica. A pesar de este pronóstico positivo, HSBC advierte que el repunte está más relacionado con el desempeño del oro que con los fundamentos propios de la plata.
En cuanto a la demanda, el banco prevé una moderación en el consumo industrial de plata después de cuatro años de crecimiento récord. Sin embargo, esta caída sería limitada y se espera una recuperación en 2026, impulsada por sectores clave como la industria fotovoltaica y la electrónica. Por otro lado, la demanda de joyería y monedas podría debilitarse debido a los elevados precios. En el lado de la oferta, HSBC anticipa que la producción minera de plata crecerá a un ritmo moderado. Se espera que el mercado siga en déficit en 2025, con un faltante de 206 millones de onzas, lo que contribuiría a mantener la presión sobre los precios.
Factores externos como la política monetaria y el valor del dólar también jugarán un papel crucial en la evolución del precio de la plata. HSBC considera que un dólar más débil beneficiaría al metal, mientras que las decisiones de la Reserva Federal y otros bancos centrales seguirán influyendo en su valor. En resumen, la plata se perfila como un activo con proyecciones positivas a mediano plazo, respaldada por su condición de activo refugio y la demanda sostenida en sectores tecnológicos, aunque su destino seguirá ligado de cerca a la evolución del precio del oro y a las condiciones macroeconómicas globales.