El stock mundial de cobre se desploma: Chile, la superpotencia, enfrenta estancamiento productivo.
Chile, el gigante mundial del cobre, está en el ojo del huracán de una tendencia económica de alto impacto: la escasez crítica de inventarios de cobre refinado a nivel global. Informes recientes indican que las existencias mundiales han caído a niveles que apenas cubren la demanda por unas cuantas semanas, lo que ha disparado la preocupación en los mercados y ha elevado las proyecciones de precio para 2024 y 2025 (alcanzando promedios de US$4.30/lb). Esta escasez, que amenaza con intensificarse con la creciente demanda de la transición energética (vehículos eléctricos y energías renovables), choca directamente con la realidad chilena: el país lleva dos décadas estancado en una producción de alrededor de 5.5 millones de toneladas, incapaz de satisfacer el apetito voraz del mercado.
El principal problema de Chile, más allá de la madurez de sus yacimientos, es la desacumulación acelerada de productos de cobre terminados en sus inventarios, lo que se refleja en la caída mensual del Índice de Inventarios de la Minería del Cobre (IIMCu). Esta caída es sintomática de un cuello de botella que se extiende desde la mina hasta el puerto. Las grandes operaciones, como Codelco, Escondida y Los Pelambres, enfrentan desafíos logísticos y técnicos, como el desarrollo de minería subterránea a niveles cada vez más profundos y la necesidad de proyectos de integración que, aunque prometen sumar cerca de 300,000 toneladas anuales, tardarán en materializarse. El estancamiento se da a pesar de que Chile lidera la inversión en exploración de cobre a nivel mundial.
La tendencia es clara: el mundo necesita urgentemente el cobre chileno, y la incapacidad de la principal potencia productora para escalar su producción está generando una volatilidad macroeconómica significativa. Ante este escenario, el Ministerio de Minería y Cochilco proyectan que Chile aumentará su participación en la producción mundial de cobre a 27.3% para 2034, una meta ambiciosa que busca asegurar su posición de liderazgo. Para lograrlo, la industria está apostando fuertemente por la innovación, la ciencia de datos, y la inteligencia artificial (IA) para abordar la crisis. En resumen, Chile tiene el potencial geológico, pero enfrenta la presión global y el desafío técnico de modernizar sus operaciones para capitalizar el boom de la demanda que definirá la próxima década.


