Chile se proyecta como un líder en la producción de hidrógeno verde, con inversiones estimadas, consolidando su posición en el mercado global.
Chile está dando pasos agigantados para convertirse en una potencia mundial en la producción de hidrógeno verde. Un informe del Ministerio de Energía revela que el país tiene más de 70 proyectos en desarrollo, 15 de los cuales ya están en etapa de inicio de operaciones. Las inversiones proyectadas para 2030 alcanzan los US$45,000 millones, con una estimación de US$330,000 millones acumulados para 2050. Este ambicioso plan busca posicionar a Chile como un referente en la producción y exportación de este energético limpio, con proyecciones de exportar US$24,000 millones anualmente.
El hidrógeno verde es clave para la transición energética, ya que permite descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como el transporte pesado y las industrias de alta temperatura. Según expertos como Víctor Paredes de Schneider Electric, este combustible también actúa como un sistema de almacenamiento de energía eficiente y versátil. Las proyecciones globales de la industria son muy alentadoras: Deloitte estima que las ventas mundiales de hidrógeno verde alcanzarán los US$642,000 millones para 2030 y se dispararán a US$1.4 billones para 2050, lo que demuestra un crecimiento exponencial en la demanda.
En esta transición, la tecnología y la sostenibilidad son fundamentales. Empresas como Schneider Electric están desempeñando un papel activo en Chile, contribuyendo con soluciones de integración de energías renovables, sistemas de almacenamiento, gemelos digitales e inteligencia artificial para optimizar la producción y reducir costos. La compañía, que ya ha logrado la carbono neutralidad en sus operaciones locales, demuestra cómo el sector privado está comprometido con los principios de la economía circular y la gobernanza ESG, apoyando el desarrollo de la industria del hidrógeno verde y la consolidación de Chile como un actor clave en el mercado de energías limpias.