La Coordinación Interinstitucional Define el Destino de US$ 53 Mil Millones
El sector minero peruano, poseedor de una cartera de proyectos valorada en más de US$ 53 mil millones, enfrenta hoy su mayor cuello de botella: la ineficacia de la coordinación interinstitucional. Esta es la tendencia crítica que genera mayor impacto, pues el capital de inversión no está detenido por la geología o el mercado, sino por la lentitud y fragmentación de los procesos de permisos que involucran a múltiples entidades del Estado (MINEM, OEFA, ANA, SERNANP). Este laberinto burocrático amenaza la posición de Perú como segundo productor mundial de cobre, desviando la atención y los recursos de los inversores hacia países competidores con marcos regulatorios más ágiles.
Ante la amenaza inminente, el gobierno ha lanzado una serie de reformas de tendencia, enfocadas en crear mesas de trabajo interinstitucionales de alto nivel y optimizar los trámites. El objetivo es dramático y necesario: reducir los tiempos promedio de aprobación de estudios ambientales y permisos operativos—que actualmente pueden superar los dos años—a plazos significativamente más cortos y competitivos. Este esfuerzo concertado busca generar una sinergia real entre los ministerios y los organismos reguladores para que actúen como facilitadores y no como obstáculos del desarrollo, enviando una señal de voluntad política a los mercados internacionales.
La capacidad de lograr esta anhelada coordinación será el factor decisivo para el futuro económico del Perú. El impacto de un proceso de permisos eficiente liberaría una cantidad masiva de inversión extranjera directa, generando empleo y dinamizando las economías regionales. Por el contrario, si la «guerra burocrática» persiste, el capital continuará fluyendo hacia el «Triángulo del Litio» y los proyectos de cobre en Chile y Argentina. La superación de esta fragmentación interinstitucional se ha convertido en la tendencia más crítica y la prueba de fuego para que Perú capitalice su riqueza geológica.

