Expresidente de Codelco califica de «irracional» el arancel de EE.UU. al cobre, señalando motivaciones políticas y aconsejando a Chile mantener un perfil bajo.
El reconocido ejecutivo minero Diego Hernández, expresidente de Codelco, Sonami, Consejo Minero y Antofagasta Minerals, ha calificado como «irracional» el arancel del 50% impuesto por Estados Unidos a las importaciones de cobre refinado desde China y otros países. En entrevista con Diario Financiero, Hernández advirtió que esta medida carece de fundamentos económicos o comerciales, y responde más bien a objetivos políticos ligados a la campaña electoral del expresidente Donald Trump. Subrayó que el cobre refinado es un commodity con un mercado internacional transparente, con precios fijados por la Bolsa de Metales de Londres, lo que dificulta hablar de dumping en este caso. Además, señaló que el impacto en el precio global del cobre sería mínimo, dado que EE.UU. representa una fracción del consumo mundial.
Consultado sobre la posibilidad de que Chile aumente sus exportaciones hacia el mercado estadounidense, Hernández fue claro al señalar que no hay mucho margen de maniobra, ya que la producción nacional ya está comprometida con otros destinos, principalmente en Asia. Respecto a la postura que debería adoptar Chile, el exejecutivo fue enfático: «Hay que mantener un perfil bajo y seguir haciendo lo que siempre hemos hecho: actuar con seriedad, cumplir contratos y no involucrarnos en peleas entre grandes potencias». Esta recomendación busca preservar la estabilidad y la reputación de Chile como un proveedor confiable en el mercado global del cobre.
Hernández también destacó la importancia de una política exterior independiente, señalando que Chile debe basar sus políticas en sus propios intereses, no en alineamientos automáticos. La clave, según él, es diversificar mercados y mantener relaciones sólidas con múltiples países, evitando quedar atrapados en conflictos ajenos. Finalmente, recordó que las tensiones comerciales entre EE.UU. y China no son nuevas, y advirtió que lo peor que puede hacer un país como Chile es asumir el papel de víctima o tomar partido en disputas entre potencias.