Mark Carney Exige un Veto a la Expansión de Oleoductos y un Cambio Energético Radical
Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, ha lanzado una advertencia de alto impacto, convirtiéndose en una tendencia crucial para la política climática y económica del país. Carney ha instado al gobierno a que bloquee la construcción o expansión de nuevos oleoductos y gasoductos, argumentando que estos proyectos son inconsistentes con el compromiso de Canadá de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Este llamado directo desde una figura de autoridad financiera global coloca una presión enorme sobre la industria de combustibles fósiles, el principal motor económico de provincias como Alberta.
El argumento de Carney se centra en la inversión de capital y el «riesgo de activos varados». La tesis es que, a medida que el mundo transiciona hacia las energías limpias, las inversiones multimillonarias en infraestructura de combustibles fósiles (como oleoductos) se volverán financieramente obsoletas y podrían generar pérdidas masivas para los inversores. El impacto de su declaración es directo: busca reorientar el capital hacia proyectos de energías renovables, litio, y otras tecnologías de transición, argumentando que ahí es donde reside la verdadera oportunidad económica del futuro canadiense, no en el petróleo.
La tendencia a futuro es que el debate sobre la infraestructura energética de Canadá se intensificará. El desafío para el gobierno federal es conciliar los objetivos climáticos de la élite financiera y política con la dependencia económica de las provincias productoras de petróleo. La propuesta de Carney es una prueba de fuego para la voluntad política de Canadá: si el país decide priorizar la transición verde sobre la expansión de los combustibles fósiles, establecerá un precedente global sobre cómo una gran economía exportadora de commodities maneja su estrategia de descarbonización.


