¡Subasta petrolera genera US$180 millones y enciende el debate ambiental!
Brasil ha adjudicado la explotación de 19 yacimientos offshore frente al delta del Amazonas en una subasta organizada por la Agencia Nacional del Petróleo. El gobierno celebró la recaudación de 989 millones de reales (US$180 millones), duplicando las expectativas, y pronostica inversiones anuales superiores a los US$260 millones. Este resultado, sin embargo, contrasta drásticamente con la indignación de ecologistas e indígenas, quienes calificaron el evento como la «subasta del Juicio Final», marcando un fuerte conflicto entre desarrollo económico y protección ambiental.
La presión para extraer petróleo en la región amazónica se ha intensificado tras los recientes hallazgos de reservas en Guyana, generando tensiones incluso dentro del propio Gobierno brasileño. Petrobras lidera el impulso de este proyecto, a pesar de la falta de permisos ambientales clave, una situación que el presidente Lula ha criticado públicamente. Organizaciones como Greenpeace denuncian la incoherencia del gobierno al presentarse como líder climático mientras promueve la exploración petrolera en zonas ecológicamente sensibles, lo que podría minar su credibilidad de cara a la COP30, que se celebrará cerca de los pozos proyectados.
El gobierno brasileño justifica la apertura de esta nueva frontera petrolífera en el norte del país por el inminente agotamiento de los yacimientos del presal en la costa sureste. Para el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, este avance representa una oportunidad para el desarrollo y la reducción de desigualdades en regiones empobrecidas como el estado de Amapá. Petrobras, junto a gigantes como Exxon, Chevron y CNPC, lidera las concesiones que se formalizarán en octubre, justo antes de la COP30, desatando críticas internacionales y nacionales sobre la postura de Brasil frente al cambio climático.