La minería brasileña advierte sobre sobrecostos de hasta US$1,000 millones si Estados Unidos impone un arancel del 50%, lo que afectaría la importación de maquinaria clave.
La industria minera de Brasil ha encendido las alarmas ante la posible imposición de un arancel del 50% por parte de Estados Unidos sobre productos brasileños, a partir del 1 de agosto. Raúl Jungmann, director ejecutivo del Instituto Brasileño de Minería (IBRAM), advirtió que la mayor preocupación del sector no es el impacto directo en las exportaciones, sino las posibles represalias recíprocas por parte del gobierno brasileño. De concretarse ambas medidas, la industria minera del país podría enfrentar sobrecostos anuales de hasta US$1,000 millones, lo que afectaría significativamente su competitividad. Jungmann subrayó que, aunque Estados Unidos solo representa el 3.5% de las exportaciones minerales de Brasil, el vínculo comercial es crucial.
La principal vulnerabilidad del sector minero brasileño reside en su fuerte dependencia de la maquinaria pesada de origen estadounidense. Las compañías mineras importan equipos esenciales como excavadoras y camiones volquete de gran tonelaje, que son fundamentales para la operatividad diaria de los yacimientos. De aplicarse aranceles adicionales sobre estos bienes de capital, los costos logísticos y operativos se verían severamente afectados, generando una presión financiera considerable sobre la industria. IBRAM ha instado al gobierno brasileño a actuar con cautela y evitar respuestas inmediatas que puedan comprometer la competitividad de un sector que es un pilar estratégico de la economía nacional.
Para mitigar los riesgos de una posible guerra comercial, los ejecutivos mineros brasileños están considerando iniciar conversaciones directas con las empresas proveedoras estadounidenses. El objetivo de esta estrategia sería motivar a estas compañías a ejercer presión sobre la administración estadounidense y evitar que la disputa escale. La postura de IBRAM y de los líderes del sector demuestra la complejidad de la situación, ya que la amenaza arancelaria no solo se trata de exportaciones, sino de una interdependencia en la cadena de suministro que podría paralizar la producción y generar una crisis en uno de los sectores más importantes de Brasil.