El debate sobre contratos con China y Rusia desata el caos en el Congreso boliviano y aviva la tensión social.
El ministro de Energía de Bolivia, Alejandro Gallardo, fue agredido con agua y basura en una caótica sesión de la Cámara de Diputados. Esto ocurrió en medio del intenso debate sobre polémicos contratos de explotación de litio con empresas chinas y rusas, que representan inversiones de hasta US$2.000 millones. La tensión escaló rápidamente, reflejando el creciente conflicto por el futuro del litio boliviano, uno de los recursos estratégicos más codiciados del país.
La sesión parlamentaria fue interrumpida por legisladores de la oposición y partidarios del expresidente Evo Morales, quienes cuestionan la desventaja de estos contratos para el Estado. Entre gritos, empujones y lanzamiento de papeles, Gallardo intentó defender los acuerdos sin éxito. El diputado opositor Daniel Rojas denunció un intento de «estafa» y exigió mayores beneficios para Bolivia antes de permitir la exportación del litio, alimentando la indignación.
Videos del incidente mostraron escenas de violencia entre parlamentarios, con forcejeos y un diputado usando un paraguas para protegerse. La tensión se extendió más allá del hemiciclo, sumando las protestas de líderes cívicos de Potosí, la región con las principales reservas de litio del país. Las críticas se centran en la falta de transparencia y la escasa participación local en las decisiones sobre estos acuerdos, generando el temor de que los beneficios económicos no lleguen a las comunidades y se causen daños ambientales irreversibles.