Estudios advierten: Eliminar subsidios en Bolivia podría disparar la inflación hasta un 32%.
- El Fantasma de la Hiperinflación y la Crisis Fiscal
Bolivia se encuentra en una encrucijada económica histórica, debatiendo la urgente necesidad de eliminar los subsidios a los carburantes que han drenado sus reservas internacionales y han generado un creciente déficit fiscal. No obstante, un reciente estudio del INESAD (Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo) ha encendido las alarmas, proyectando un escenario catastrófico: una eliminación de shock o abrupta del subsidio podría disparar la inflación interanual por encima del 32% en el corto plazo. Este aumento vertiginoso en el costo de los combustibles afectaría directamente a los precios de la canasta familiar, el transporte y la producción en general, desatando una crisis social y económica sin precedentes en la última década.
- El Dilema del Ajuste: ¿Shock o Gradualidad?
El análisis económico plantea un dilema para el gobierno boliviano: la necesidad de sanear las cuentas fiscales choca frontalmente con el riesgo de un estallido social. La simulación del INESAD contrasta dos vías. Mientras que un ajuste de shock provoca un incremento inmediato y pronunciado de la inflación y una depreciación cambiaria superior al 80%, la eliminación gradual suaviza el impacto inicial, pero tiene el efecto de prolongar las presiones cambiarias e inflacionarias en el tiempo. Ambas opciones, sin embargo, confirman que postergar la decisión no hace más que aumentar los costos acumulados del subsidio, estimado en miles de millones de dólares, y agravar la dependencia del país a la importación de hidrocarburos.
- Impacto en la Minería y Estrategias de Mitigación
La potencial eliminación del subsidio es una tendencia económica ineludible que tendrá repercusiones directas en sectores productivos clave como la minería. Al ser una industria intensiva en el uso de diésel para maquinaria pesada y transporte, la subida del precio del combustible disparará inmediatamente sus costos operativos, afectando su competitividad y, potencialmente, la viabilidad de algunos proyectos de menor margen. Expertos sugieren que cualquier reforma debe ir acompañada de medidas compensatorias focalizadas para los sectores más vulnerables (como el transporte público y la agricultura) y una política de reducción progresiva del financiamiento monetario al déficit, buscando una estabilización económica en el mediano plazo a cambio de asumir el inevitable costo inflacionario inicial.


