La Bomba del Molibdeno: Argentina posee 100.000 toneladas de reservas de un mineral que vale 6 veces más que el cobre.
Argentina, que ya es un jugador clave en la geopolítica del litio, está a punto de abrir un nuevo y explosivo capítulo en su estrategia minera. El país ha puesto el foco en el molibdeno, un mineral crítico del que ostenta unas reservas de 100.000 toneladas (100 kt), colocándose en el noveno lugar a nivel mundial. La noticia es de alto impacto, no solo por el volumen, sino porque el molibdeno, apodado el «metal de la alta tecnología», se cotiza en el mercado internacional hasta seis veces más caro que el cobre. Este mineral estratégico, esencial para la industria aeroespacial, turbinas de avión, energía nuclear y la incipiente economía del hidrógeno verde, podría significar una inyección de valor y divisas sin precedentes para la economía argentina.
El gran potencial del molibdeno radica en su capacidad para formar aleaciones metálicas de extrema resistencia a la corrosión y altas temperaturas. Actualmente, el mineral se obtiene principalmente como subproducto de la minería del cobre, lo que ata su destino al éxito de los nuevos megaproyectos cupríferos que se están impulsando en el país bajo el Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI). Con diez proyectos mineros ya identificados con potencial de explotación de molibdeno (ya sea como mineral principal o secundario), Argentina está posicionada para irrumpir en un mercado dominado por China y Chile. Esta diversificación de la canasta exportadora representa una estrategia tendencia que busca consolidar a Argentina como un proveedor fundamental de la transición energética global.
Sin embargo, para capitalizar estas reservas y dejar de ser un actor pasivo (actualmente, Argentina no produce molibdeno y debe importarlo), el país debe superar importantes desafíos logísticos y de inversión. La reactivación de su producción de molibdeno dependerá de la capacidad de atraer capital para infraestructura, garantizar la continuidad regulatoria y promover la exploración en un contexto de creciente demanda internacional. Países importadores clave como China, Japón y la Unión Europea observan con atención. El molibdeno podría ser la próxima gran fuente de riqueza del subsuelo argentino, impulsando el desarrollo de sectores de alta complejidad y elevando el perfil de la nación en la minería mundial.