El Oro Ilegal Desafía al Cobre Formal: El Mayor Riesgo para la Minería Peruana
Una noticia de alto impacto está dominando la agenda minera y ambiental en Perú: el boom de la minería ilegal, impulsado principalmente por la extracción ilícita de oro, se ha consolidado como la principal amenaza para el sector formal y la seguridad nacional. Esta es una tendencia crítica y destructiva que no solo devasta vastas áreas de la Amazonía (como Madre de Dios), sino que compite directamente con la minería legal en términos de ingresos ilícitos y genera una violencia sin precedentes en regiones como Pataz, superando en ingresos al narcotráfico en algunas zonas.
El motor de esta problemática es la doble vara regulatoria y la falta de control efectivo. Mientras que la minería formal se enfrenta a una de las burocracias más lentas de la región para obtener un permiso ambiental (demorando hasta ocho meses más que el promedio regional), la minería ilegal opera con total impunidad. Esta disparidad regulatoria está creando un entorno de inversión inseguro. La tendencia de crecimiento del oro ilegal es alarmante, moviendo miles de millones de dólares al año y socavando la capacidad del Estado para capitalizar las inversiones lícitas en cobre, el metal esencial de la transición energética.
El desafío para el gobierno peruano es la ejecución inmediata de una estrategia integral que combine la interdicción con la formalización. Los analistas internacionales advierten que la incapacidad de controlar el oro ilegal impacta directamente la imagen de Perú como destino de inversión. El éxito a futuro no solo se medirá por la producción de cobre (que crece con fuerza), sino por la protección del territorio y la legalidad. Si Perú no logra frenar esta tendencia destructiva, la minería ilegal seguirá siendo el principal factor de riesgo que impide que el país desbloquee su verdadero potencial minero y social.


