Perú Posee US$54.600 Millones en Proyectos Listos, Pero Estancados.
El sector minero peruano se encuentra en una encrucijada estratégica, con un portafolio de inversiones valorado en una cifra impactante: aproximadamente $54.600 millones de dólares (USD 54.6 billones). Este monumental capital está listo para ser inyectado en la economía, consolidando al país como una potencia minera global, especialmente en la producción de cobre, el metal clave para la transición energética mundial. La magnitud de esta cifra subraya el potencial de Perú para generar cientos de miles de empleos directos e indirectos, y representa el motor más poderoso para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en la próxima década.
Sin embargo, la noticia que marca tendencia es la parálisis de una parte significativa de este portafolio. A pesar de contar con la inversión asegurada, proyectos clave como Zafranal y la eterna controversia de Tía María, siguen enfrentando demoras críticas debido a la lenta aprobación de permisos y la persistencia de conflictos sociales. Esta dicotomía entre el potencial inmenso y la ejecución estancada define el desafío político-económico actual de Perú. El sector exige urgentemente una reforma burocrática y la estabilidad social necesaria para desbloquear estos «expedientes», cuya activación podría cambiar por completo el panorama económico y social del país.
La presión sobre el gobierno para actuar es máxima. Desencadenar los $54.600 millones en inversión no solo garantizaría el liderazgo de Perú en la producción de metales críticos, sino que también enviaría una señal de confianza fundamental a los mercados internacionales. El futuro de la minería peruana como tendencia global dependerá de la capacidad de las autoridades para transformar el papel de la inversión potencial en proyectos operativos. La activación de este portafolio masivo es vista por analistas como la llave maestra para asegurar una recuperación económica sostenida y el posicionamiento estratégico de Perú en la cadena de valor de los metales necesarios para la descarbonización global.

