EE. UU. Y Brasil Forjan Alianza Estratégica Para Desafiar El Monopolio Chino de Tierras Raras.
El tablero de ajedrez geopolítico de los minerales críticos acaba de registrar un movimiento audaz y disruptivo: Estados Unidos está intensificando sus conversaciones con ejecutivos mineros de Brasil para forjar alianzas estratégicas centradas en las Tierras Raras (REE). Esta iniciativa es una respuesta directa a la necesidad urgente de Occidente de diversificar sus cadenas de suministro y romper la dependencia casi total del procesamiento chino, que actualmente controla aproximadamente el 90% de la capacidad global de refinación de estos elementos. Las REE son fundamentales, ya que son los componentes clave para la transición energética y la tecnología de defensa, desde vehículos eléctricos y turbinas eólicas hasta misiles guiados.
La potencial alianza entre Washington y Brasilia es un punto de inflexión. Si bien Brasil posee la segunda mayor reserva mundial de tierras raras, su producción actual es mínima. Las discusiones se centran precisamente en cerrar esta brecha, atrayendo la inversión y la tecnología estadounidenses para desarrollar instalaciones de procesamiento y refinación en Brasil. El objetivo no es solo extraer, sino crear una cadena de suministro integrada en el hemisferio occidental, ofreciendo una alternativa viable a la influencia asiática. Esto generaría beneficios mutuos: seguridad de suministro para EE. UU. y la oportunidad para Brasil de transformarse en un actor global estratégico con significativo avance tecnológico.
El impacto de este acuerdo, que se perfila como un factor de tendencia global, es doble: ambiental y de seguridad. Al ser un socio dentro de la Minerals Security Partnership (MSP), EE. UU. busca garantizar que el desarrollo minero brasileño cumpla con los estándares internacionales más rigurosos de sostenibilidad y gobernanza (ESG). Este esfuerzo estratégico subraya que la diversificación de la cadena de suministro de minerales críticos no es solo una cuestión económica o militar, sino una prioridad de la política exterior. En resumen, si tienen éxito, estas alianzas con Brasilia podrían ser el golpe más significativo contra el monopolio de las tierras raras en décadas, alterando fundamentalmente el cálculo de riesgo para los sectores de alta tecnología y defensa.


