Chile Rompe Barreras: Récord de Mujeres en la Gran Minería lo Posiciona como Líder Global
La industria minera chilena, históricamente dominada por hombres, ha alcanzado un hito que la sitúa como un referente mundial en inclusión de género. El último reporte de la Alianza CCM-Eleva revela que la participación de mujeres en la Gran Minería Chilena ha escalado a un impresionante 23,1%, un récord histórico que posiciona a Chile como el segundo país con mayor representación femenina en el sector a nivel global, solo detrás de Australia. Este salto es monumental: desde un 7,7% en 2012, el sector ha duplicado su porcentaje en poco más de una década, superando con creces la meta intermedia de 20% fijada en la Política Nacional Minera 2050. Este crecimiento no solo es ético, sino estratégico, demostrando que una industria más diversa es sinónimo de mayor innovación y competitividad.
El cambio es especialmente notable entre el talento joven. Los datos indican que en el rango etario menor a 30 años, el sector minero ha logrado una sorprendente tendencia hacia la paridad, con una participación femenina cercana al 49%. Este fenómeno, que no se replica aún en los rangos de mayor edad, es crucial porque asegura una oleada de talento femenino que transformará el perfil laboral de la minería en el mediano plazo. Además, el compromiso se está manifestando en la academia: se ha registrado una duplicación en las matrículas de mujeres en carreras vinculadas directamente con la minería entre 2022 y 2024. Este flujo de profesionales y técnicas jóvenes garantiza la sostenibilidad del cambio y la presencia de mujeres en roles altamente operativos y técnicos, y no solo en áreas administrativas.
A pesar de este «golazo» estadístico, la industria se enfrenta ahora al reto de mantener y profundizar esta tendencia. Si bien la presencia de mujeres en la Gran Minería ha llegado al 23,1%, la meta final de la Política Nacional Minera 2050 es alcanzar el 35%, lo que obliga a la coordinación entre empresas, el sector público e instituciones de formación. La expansión de la inclusión hacia los proveedores mineros y la promoción de un ambiente laboral con equidad de género, que abarque desde la salud ocupacional hasta la seguridad con perspectiva de género, son las nuevas fronteras de la minería chilena. Este impulso no es una moda, sino un factor de competitividad que está reescribiendo la imagen del sector a nivel internacional, consolidando a Chile como una potencia minera no solo por el cobre, sino por el talento.


