Regiones Mineras de Perú Ahogadas en Dinero No Usado
Perú ha experimentado un récord histórico en las transferencias de recursos generados por la actividad minera, principalmente a través del Canon Minero (el 50% del Impuesto a la Renta pagado por las empresas mineras). Tan solo en el primer semestre de 2024, las transferencias a gobiernos subnacionales y universidades superaron los S/ 6,601 millones, con la posibilidad de cerrar el año con cifras que excedan los S/ 8,000 millones. Este fenómeno se debe principalmente al aumento en el precio de los minerales a nivel global. Regiones clave como Áncash, Arequipa, Moquegua e Ica se han convertido en las mayores receptoras de esta riqueza, concentrando más del 60% del total nacional.
La esencia del Canon Minero es simple: compensar a las regiones productoras por la explotación de recursos no renovables y financiar proyectos de inversión pública, infraestructura básica y desarrollo productivo. Sin embargo, a pesar de las sumas millonarias, existe un patrón preocupante de ineficiencia y baja ejecución del gasto. Las investigaciones señalan que la gran inyección de liquidez no se ha traducido significativamente en una reducción de la pobreza o en un mejoramiento sustancial de los servicios públicos esenciales en las comunidades. En muchos casos, los gobiernos locales y regionales, abrumados por la repentina riqueza, muestran una incapacidad administrativa para formular y ejecutar proyectos de calidad.
Esta situación ha llevado a la crítica de que el sistema de transferencias está contribuyendo a una «Maldición de los Recursos Subnacionales», donde la riqueza mineral, en lugar de impulsar el desarrollo, amplía las brechas con otras regiones al concentrarse en manos de autoridades locales con escasas capacidades de gestión. La enorme cantidad de dinero sin ejecutar o mal gastado en proyectos que no responden a las necesidades reales de la población genera una profunda frustración social y desconfianza, avivando el conflicto en torno a la actividad minera. La gran tarea pendiente de Perú no es generar más recursos, sino reformar urgentemente la capacidad de gasto público para que el Canon se traduzca, por fin, en bienestar para sus ciudadanos.