Cobre y Litio: El Sector Minero Argentino Desata una Oportunidad de 1.4 Millones de Empleos.
Un informe reciente ha sacudido el panorama económico argentino con una proyección impactante que está generando un debate de máxima tendencia: el sector minero, impulsado por los proyectos de cobre y litio, tiene el potencial de generar hasta 1.4 millones de empleos (directos e indirectos) a nivel nacional. Esta cifra representa un aumento de más de diez veces la fuerza laboral actual del sector y posiciona a la minería como un motor clave para reducir el desempleo crónico. La base de esta ambiciosa proyección radica en la geología de Argentina, que comparte condiciones similares con Chile y Perú, países que actualmente superan en casi diez veces el nivel de ingresos y empleo minero del país.
Este potencial de crecimiento se concentra principalmente en los minerales estratégicos para la transición energética global. Mientras que Argentina es ya un jugador relevante en el litio (el «oro blanco» de las baterías), la verdadera disrupción vendría con la reactivación y desarrollo de proyectos de cobre a gran escala, como los que están en carpeta en provincias clave como San Juan, Salta y Catamarca. La demanda global de cobre se dispara debido a la electrificación, los vehículos eléctricos y, sobre todo, la infraestructura de la Inteligencia Artificial (IA), donde los nuevos centros de datos consumen cantidades masivas del metal. Este auge de inversión no solo implica empleo en las minas, sino una vasta generación de puestos de trabajo en servicios, logística, construcción e ingeniería a lo largo de las economías regionales.
Sin embargo, para transformar esta «Nueva Era Dorada» de potencial geológico en una realidad socioeconómica, el informe advierte sobre la necesidad de estabilidad y reglas de juego claras. Actualmente, aunque el interés global es altísimo, la actividad se encuentra lejos de su pico: el empleo minero directo, de hecho, ha mostrado caídas interanuales en los últimos meses. Por ello, la aprobación e implementación de marcos como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y la resolución de la falta de mano de obra calificada son cruciales. Solo con un entorno institucional favorable y el compromiso con el desarrollo de la cadena de valor, Argentina podrá concretar esta promesa de 1.4 millones de empleos y asegurar su lugar como un líder ineludible en el suministro de minerales del siglo XXI.