El Litio y el Cobre Argentino son la Clave Geopolítica de EE. UU. para Dominar la Era de la IA y el Vehículo Eléctrico.
Estados Unidos ha declarado a Argentina como un «socio crucial» en el mapa de los minerales críticos, elevando la relación bilateral a un nivel estratégico de tendencia mundial. Este interés va mucho más allá de la tradicional alianza política y se centra en asegurar las cadenas de suministro necesarias para la transición energética y la aceleración tecnológica de la Inteligencia Artificial (IA). La Casa Blanca busca reducir drásticamente la dependencia de China en el suministro de commodities vitales, y Argentina, con sus vastas reservas de litio (como parte del «Triángulo del Litio») y su potencial inexplorado en cobre, se posiciona como el ancla de Washington en el Cono Sur.
Una de las revelaciones más impactantes es la importancia estratégica del cobre. Expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de EE. UU. afirman que es «difícil ver cómo el mundo satisfará la demanda de cobre» que requiere la nueva generación de centros de datos impulsados por la IA sin el aporte argentino. Mientras un centro de datos tradicional requiere unas 15,000 toneladas de cobre, las instalaciones para la Inteligencia Artificial necesitan hasta 50,000 toneladas cada una. Los siete proyectos de cobre más grandes de Argentina, si se concretan, podrían generar $20,000 millones en exportaciones anuales y cambiar el mercado global, convirtiendo a la minería en un pilar fundamental de la economía argentina.
La cooperación se formalizó con la firma de un Memorando de Entendimiento para fortalecer el suministro y se extiende a la energía nuclear, con Argentina convirtiéndose en el primer país latinoamericano en unirse al programa FIRST de EE. UU. para el despliegue de Pequeños Reactores Modulares (SMR). Este enfoque tridimensional (minerales críticos, energía nuclear e IA) subraya que EE. UU. está invirtiendo en la infraestructura de poder de Argentina. Sin embargo, para capitalizar esta ola de inversión, el país sudamericano enfrenta el reto de garantizar la estabilidad macroeconómica, la certeza jurídica y marcos regulatorios transparentes, asegurando que las promesas de litio y cobre se traduzcan en el anclaje geopolítico y la riqueza que el socio del norte espera.