Teck Resources reduce su estimación de producción de cobre en Quebrada Blanca para 2025, tras enfrentar problemas en el almacenamiento de relaves que limitan su ritmo operativo.
Teck Resources ha reducido su estimación de producción de cobre para 2025 en su emblemática mina Quebrada Blanca (QB2) en Chile. La minera canadiense ahora proyecta que QB2 producirá entre 210,000 y 230,000 toneladas métricas de cobre, un rango inferior al anterior de 230,000 a 270,000 toneladas. Este ajuste se debe a problemas en el almacenamiento de relaves que obligan a la compañía a destinar más recursos y limitar el ritmo de la operación. Teck reconoció que esta situación representa un revés en su objetivo de posicionarse entre los grandes productores de cobre a nivel global. A pesar de los desafíos, la empresa indicó que mantiene su meta de producción para 2026, siempre y cuando logre estabilizar las operaciones de relaves.
El proyecto Quebrada Blanca es considerado el activo estrella de Teck, diseñado para duplicar su producción de cobre y respaldar la transición de la compañía hacia metales estratégicos tras su salida progresiva del negocio del carbón. Sin embargo, desde su ampliación, la operación ha enfrentado múltiples desafíos, incluyendo sobrecostos superiores a US$4,000 millones y retrasos en la puesta en marcha, lo que ha generado dudas en el mercado. Analistas de Jefferies advirtieron que «es poco probable que el mercado le dé crédito a Teck por este aumento de producción hasta que realmente se logre», señalando que aún persisten interrogantes sobre la estabilidad estructural del activo.
Además de los ajustes en los relaves, la compañía informó que las reparaciones en uno de los cargadores de barcos se extenderán hasta el primer semestre de 2026, aunque aseguró que estos trabajos no impactarán la producción proyectada para el próximo año. Teck, que controla indirectamente el 60% de Quebrada Blanca, también está explorando posibles sinergias con Collahuasi, la mina vecina operada por Anglo American y Glencore, como parte de una estrategia para optimizar costos y maximizar el potencial del distrito minero. Esta iniciativa demuestra la búsqueda de soluciones a largo plazo para fortalecer la viabilidad de la operación en un contexto de desafíos.